martes, 2 de julio de 2013

miércoles, 7 de noviembre de 2012

jueves, 30 de agosto de 2012

lunes, 18 de julio de 2011

viernes, 8 de julio de 2011

martes, 26 de abril de 2011

Desayuno Tecnológico CDT CChC AoA Trespa

http://info.cdt.cl/mail/mailing_registrocdt/20110425/index.html

lunes, 14 de marzo de 2011

viernes, 1 de octubre de 2010

martes, 23 de febrero de 2010

CasaRbol segunda etapa Cubierta




Una de las complejidades entretenidas de solucionar, fue la viga que salva la luz frontal de 4 metros




Amarras eléctricas
Cuerdas de amarre


Al fin se concluye la segunda etapa, estructura de cubierta pino cepillado 1" x 5", "costaneras" de coligüe local de diámetro muy muy variable, cubierta de hojas de palmera afianzadas con amarras eléctricas.
Se proyecta ya la tercera etapa, puente colgante de cuerdas hacia estación de observación, fecha de realización 2011 esperamos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Vivienda Gonzalez, Llay-Llay terminada al fin










Finalmente logré verla concluida, claro que desde fuera y por el frente solamente pero algo es algo.

martes, 27 de octubre de 2009

XXI Congreso Nacional Valdivia 2009 desde mi celular

Nada de photoshop, está tal cual como sale desde el celular. Eso si, hubo una clásica censura (autoimpuesta), hay cosas que sólo vimos los que asistimos, una vez más, be there or be square.



XXI Congreso Nacional Valdivia 2009 desde mi celular

miércoles, 4 de marzo de 2009

CASA DEL ÁRBOL










Primera Etapa
Ejercicio realizado en 4 días, "proyecto" y materialización casi solitaria.
Mandante, Martín.
Estructura Pino impregnado
Piso Pino, Tapa
Clavos 3", 4" y 6".
Barandas reciclaje material existente.
Herramientas: martillo, serrucho y nivel.
Ubicación Rapel

martes, 29 de abril de 2008

martes, 4 de diciembre de 2007

WHAT THE %∞ $ π # DO WE KNOW?!?

La irrealidad probable de un cambio de paradigma.
La sensación de libro de autoayuda se siente demasiado presente en el ambiente. La primera impresión que arroja esta película/documental no es de las mejores, panfletaria, pletórica de lugares comunes, efectista y con más de un detalle en su montaje final, afortunadamente estos, no logran diluir el tema de fondo que se intenta traspasar al ciudadano común, de una manera que, en su condición de lego en la materia (hasta hace algunas semanas estaba era por completo perteneciente a este grupo), no sea obstáculo para dejarlo al menos meditabundo, luego de haber divisado lo que esta película intenta transmitir.
Saber que la sociedad, al menos la nuestra, y de seguro gran parte del resto, no está preparada (usar término en el sentido más amplio entendible), para comprender el significado de este cambio de paradigma, hace pensar que publicar esta película es irresponsable. En este contexto, el que un volante de propaganda circule libremente, pudiendo caer en manos de cualquier desorientado no es lo más inteligente, ya que, esta teoría bien podría ser un camino bastante complejo de recorrer por una gran parte de nuestros queridos coetáneos. Lograr deshacerse de uno de los rasgos que nos definen como especie, que además de esto, nos gusta y acomoda, nos simplifica más de alguna responsabilidad, incluso decide por la mayoría, es una ardua labor. Dejar de lado la concepción que el mundo frente a mis ojos, es una constante absoluta que seguirá, más o menos igual, independiente de mis acciones, para asumir la responsabilidad que acarrea el ser el ente que por definición lo condiciona, no es algo que muchos estén preparados para comprender, y menos asumir.
Utilizando un eufemismo común por estos días, el tema no es trivial. Intentar, mediante la exposición de una composición audiovisual reducida de 120 minutos, que este público masivo logre avizorar al menos en parte la vastedad, complejidad y radicalidad de este cambio de paradigma, parece un trabajo, a lo menos, titánico. Lo anterior se ve exacerbado, si luego de la revisión de la cinta, la curiosidad promedio incita a buscar y profundizar algunas de las temáticas vistas.
Luego de revisar entrevistas y algunas otras publicaciones, la pregunta “…How deep, down the rabbit hole, do you want to go?…” adquiere un significado más que atingente. Luego de traspasar las primeras capas de información masificada, la densidad y complejidad de este nuevo paradigma, aún no es un asunto posible de discutir a mansalva, pero claramente pudiese permitir a la inhumanidad dar una gran paso hacia una estancia algo menos invasiva y agresiva, con el resto de los no humanos con que tenemos a bien compartir la misma geodésica terráquea.
Irremediablemente para realmente comprender este “salto cuántico”, debemos ponerlo en perspectiva, denotar incluso el cambio mediante la comparación con nuestras “convicciones” actuales, estas que de alguna manera pueden inducir a la autocomplacencia. Desde mi, absolutamente poco informado, espectro, las suposiciones actualmente asumidas como evidencia insoslayable son:
· La inefable realidad, la eterna suposición que el mundo físico y cotidiano es objetivamente real, [1] en simple, el mundo existe independiente de que exista algún mortal que los esté oteando, y se hace molestamente evidente que espacio y su tiempo subsisten en forma fija, absoluta e inalterable.
· La necesidad de tacto, la irrestricta opción, la única forma que los objetos pueden ser modificados o influenciados es mediante el contacto directo. Similar a lo que hace algunos paradigmas atrás, la acción no mediada en una distancia era prohibida taxativamente.
· La causalidad da por simple e incuestionado supuesto, que la línea de tiempo apunta sólo en una dirección, centrando así, secuencias de causa y efecto a acontecer sólo en ese orden univoco.
· La continuidad, permite asumir, que esto ha sido en general de este modo, que no han existido instantes en la historia, registrada o no, en que esta no haya acaecido, en la naturaleza no encontramos discontinuos, interrupciones o saltos. Estos se limitan a historias, casi mitos narrativos, asociados a minas submarinas de la segunda guerra gravitando en el centro de una figura geométrica de tres lados, cercano al archipiélago de pantalones cortos.
La física clásica madura rápidamente entre estas suposiciones o certezas, dependiendo de lo converso o no que se esté, y la habilidad de estas formas clásicas referentes al mundo son suficientes como para explicar amplias capas, sectores o segmentos del mundo observable.
Cabe introducir en este punto un reconocimiento gigante, y es que gracias a este paradigma actual hoy contamos con química, biología, ciencias en general, nos llevó y trajo de vuelta en una pieza a la luna, es verificable para la mayoría de las cosas en la escala humana. En dos palabras, sentido común.
No describe eso si el comportamiento de todos los resultados observables, específicamente la luz y su particular comportamiento, ya que puede exhibir tanto las propiedades pertenecientes tanto a partículas como a ondas. Hasta donde se logra entender, las partículas son como bolas de billar, yacen separados con posiciones puntuales en el espacio. Son duros, en el sentido de que si son proyectados con gran fuerza se eliminan uno al otro liberando amplios y deslumbrantes despliegues de energía. Antagónicamente, las ondas son aquellas que nos entregan ese relajante movimiento de la superficie del mar, ondulaciones no localizadas pero que se expanden, más suaves que su antítesis particular, estas pueden interactuar sin destruirse. Analógicamente los hombres seríamos partículas y los animales ondas, pero me parece que eso es verso para otro desvarío.
Dentro de los fundamentos de esta teoría, aparece una característica que muy es difícil de asumir totalmente, y es que los electrones pueden comportarse de ambas maneras. Como ondas, los electrones son campos de probabilidad. Como partículas, este campo de probabilidad es ahora perteneciente a un objeto en un instante y espacio específico, y, cayendo siempre en la reiteración, particulares. Por si eso no fuese suficiente, si no se les está midiendo, o son desapercibidos se comportan de manera diferente a los incluidos en la observación. Cuando no son incluidos en la observación, veremos electrones disfrazados de ondas, cuando son advertidos tendremos partículas. De ser así, aparecería válido preguntarse, ¿Quién o qué es el observador que determina la posición de la partícula?
Desglosemos algunas de las hipótesis planteadas en la antedicha teoría, que a mi juicio pueden ser las más complejas de entender.
· Inmerso en la teoría cuántica, aparece el concepto de que no existe la distancia, la noción de conexión instantánea implica que el espacio mismo es una ilusión, su distancia, la probabilidad que todos nosotros y todo lo que nos rodea, está íntimamente conectado con la sección más lejana de la galaxia.
“La descripción del modelo de espacio tiempo, que presupone una interacción entre objeto y observador, necesariamente incluye en su descripción algunos rasgos del ente observador, mientras que el modelo de descripción causal deliberadamente rehúye de este tipo de referencias. En ciertas personas, al menos, conciencia total posible puede ser dividida en partes que coexisten, pero que se ignoran mutuamente, comparten objetos de conocimientos entre ellas. Algunas cogniciones que coexisten y armonizan, en la teoría clásica están divididas, en mecánica cuántica, en visiones complementarias mutuas y exclusivas, para cada una de ellas.”[2]
Pareciera ser entonces que el espacio ya no es geométrico, ni continuo, más bien parece una ilusión de conveniencia. Que en realidad es infinitamente más compleja e intrincada que lo que cualquiera pueda o quiera ver.
· Si intentamos comprimir algo más la masa encefálica, y nos avocamos a la tarea de captar que cuando dos objetos interactúan brevemente y luego se los separa, en la descripción al menos nunca lo hacen. Nunca se separan, aún cuando ya no interactúan, podremos percibir que este es otro de los factores a lo menos complejos de llevar al cotidiano.
· Si bien esto en principio fue pensado como un artificio, o un artefacto teórico, ante la presencia del teorema de Bell, respecto de la conexión que persiste en la teoría cuántica, donde la realidad local es la gobernada por las leyes de la física clásica, y en esta las influencias no pueden viajar más rápido que la velocidad de la luz, donde demostró que cualquier modelo de realidad compatible con la teoría cuántica no debe ser local, de aquí que acuñaran el concepto de no-localismo. Para que la física cuántica trabaje, la información debe viajar incluso más allá de la velocidad de la luz, llegando a ser instantánea, el universo está conectado por información que puede aparecer en cualquier otra parte instantáneamente. Por lo tanto, nada se podría sólo aplicar a nuestra realidad, sino que, podría ser requerido al unísono en otro confín.
· La concepción de un espacio, contexto si se quiere, no afectado por el observador, habitante, usuario cualquiera, debería ser reemplazada para aceptar esta variación paradigmática. Arrojemos al tacho todo concepto de inocuidad material respecto de la nada que nos contiene. Volvamos sobre la pancarta en discusión, cuando en uno de sus pasajes afirma que la realidad y la existencia material y tangible son sólo una posibilidad impuesta por nosotros, como elección de manifestación e interacción, que los átomos no son cosas, sino tendencias, que ni siquiera se puede pensar en cosas, sino son posibilidades. Según esto, la antigua pregunta ¿Si cae una hoja en un bosque y nadie lo ve, ocurre?, donde se cuestionaba la participación del observador en la realidad, para este canon, el observador es absolutamente relevante, imprescindible y modificador, o regidor de la realidad que colapsa ante nuestra perceptiva mirada. De esto, la hoja ni siquiera existe, al menos, no hasta que alguien la proyecte en su realidad. Ahora, si sólo pienso en ella ¿Existe?
Luego de todo esto, utilicemos por algunos minutos el calzado de alguno de los físicos visitados, y pongámonos en la senda de intentar masificar y dar a conocer este probable cambio de paradigma. ¿Cómo lograr que un par billones de personas se desprendan de una de sus características más arraigadas?, ¿Cómo despojarlos de la posibilidad de tercerizar sus culpas? Desde hace ya más tiempo del necesario, el catolicismo, se ha encargado de perpetuar una visión de la fe y la religión, que impide ver este posible cambio, tal como los indígenas ante la llegada de las carabelas de Colón. La incapacidad de siquiera poder, por un minuto, comenzar a asumir que todo cuanto ocurre o no ocurre, se debe única y exclusivamente a mi responsabilidad. El que no exista la posibilidad de culpar a “Dios”, ya que Él lo quiso o no, de uno u otro modo, que sucediese o no, esto o lo demás, es para algunos mortales simplemente una razón para el pánico absoluto, que supera incluso el que por la muerte tienen, contradiciendo en el proceso los preceptos que su propia religión les inculca.
Por lo mismo ¿Está preparada la sociedad, para escuchar respecto de este cambio?
Revisemos algunos antecedentes previos. E iniciemos en los filósofos discutidos en el transcurso del año, de estos primero Popper. Esto debido a que la propuesta respecto de las hipótesis que este plantea, a primera revisión no admitiría el cambio como el descrito, o al menos no con las peculiaridades que por su visión conlleva. Su constante falsación pondría, al menos, en tela de juicio esta teoría. Ahora nuevamente versado en los textos aparecen cercanías más amplias de lo esperado. Pero finalmente el paradigma que lo contiene le impide su total comprensión.
¿Cómo obtenemos realmente nuestro conocimiento, como hecho psicológico, si la inducción es un procedimiento que carece de validez lógica y es racionalmente injustificable? Hay dos respuestas posibles: (1) obtenemos nuestro conocimiento por un procedimiento no inductivo. (2) Obtenemos nuestro conocimiento por repetición e inducción, por lo tanto, mediante un procedimiento que carece de validez lógica, de modo que todo tipo de conocimiento aparente no es más que un tipo de creencia: creencia basada en el hábito…”
Cuando Popper propone invertir la teoría de Hume. Donde en lugar de explicar nuestra propensión a esperar regularidades como resultados de la repetición propone explicar la repetición para nosotros como el resultado de nuestra propensión a esperar regularidades y buscarlas.[3]
En estas líneas se deja translucir la probabilidad. En el capítulo 10 de “The Philosophy of Quantum Mechanics”, en el relato que va desde Popper a Landé esta probabilidad aumenta.
“…Karl R. Popper, quien, como lo recordamos, propuso una interpretación estadística, de la relaciones de Heisenberg, a principios de 1930, nunca abandonó su punto de vista. Sin embargo, una vez, declaró explícitamente, que una teoría que implica consecuencias estadísticas, y que puede sólo ser probada por evaluaciones estadísticas, no necesita tener un significado estadístico, siempre mantuvo que los problemas a los que se aplica la mecánica cuántica son esencialmente estadísticos y por lo mismo requieren de respuestas estadísticas.”[4] En párrafos sucesivos del mismo capítulo, se expresa que según Popper no se pueden dibujar interferencias predictivas sobre el comportamiento individual de las partículas. Luego declara que se hace necesaria la medición exacta de, por ejemplo, posición y momento, indispensable para el testeo de predicciones de la teoría.
Pero, su condición asumida lo trae “de vuelta a su senda”
“La conclusión a la que llega Popper, que un cambio en las condiciones del experimento, cambian también, las probabilidades, y que es compartido por Feyerabend, es absolutamente correcto, pero igual de ¡irrelevante! Lo que a nosotros nos sorprende (y que fue lo que llevó a la interpretación de Copenhague) no es el hecho que existan algunos cambios; lo que nos sorprende es el tipo de cambio encontrado: trayectorias que desde el punto de vista clásico son perfectamente posibles, son súbitamente prohibidas y no son accedidas por ninguna partícula.”[5]
La interpretación de Copenhague, se podría decir que es la interpretación ortodoxa de la mecánica cuántica, impulsada por Niels Bohr. De una forma extremadamente simplificada, sostiene que no hay finalmente realidad conocible. Podríamos incluso llegar a afirmar que es algo así como un “no pregunte” que le permite a la mecánica cuántica ser usada sin tener que preocuparse de lo que quiere decir. Según Bohr, no quiere decir nada, nada al menos en términos de humanos comunes y mundanos.
De todo lo anteriormente citado, es fácil extraer como conclusión que la visión de Popper, o su amplitud para ser precisos, no lograba abarcar el embrollo total planteado por la teoría, y si para él terminó siendo una falacia lógica la interpretación de la dualidad onda-partícula, es poco viable que pudiese abarcar un concepto que se basa en esta hipótesis. Toda vez que, en su constante falsación, por medio de la experimentación, que se deriva de la experiencia, y ésta en sí no permite refutar, sino que sólo entrega la razón por la que se quiere refutar, lograría encontrar más de una imperfección a la teoría, ya que tal vez lo más complejo que presenta es justamente el tipo de experimento o demostración mediante la cual se sustenta. Recién se escucha de laboratorios que mantienen una partícula en dos lugares a la vez, pero para el resto de los mortales que no habitamos confinados, entre los muros de la ciencia, se hace largamente complejo poder visualizar dichos resultados, que, no cabe duda, harían más simple de entender tamaña extrañeza.
Ahora, si esto lo percibimos desde la perspectiva de la teoría de Kuhn, tampoco encontraríamos posible que para ese tren de pensamiento pudiese aceptarse el cambio propuesto. Como vemos la teoría cuántica se sigue valiendo del paradigma anterior para explicar una parte de su realidad, al menos, la que colapsa ante nuestro impávidos globos oculares, sigue siendo medible y verificable bajo el prisma del actual paradigma. Por lo mismo, no es excluyente con lo anterior, y menos incompatible, toda vez que la teoría necesita imperiosamente de la colaboración de su añoso cable a tierra, como uno más de los niveles que esta “nueva” realidad planteada contiene. El basamento de la física moderna, post newtoniana, se mantiene, y se aprovecha para mantener la definición del mundo real medible, aquel que en ese instante y debido a mi descuidado oteo se convirtió en esta realidad, donde sigue existiendo la aceleración de gravedad de los cuerpos al centro de nuestro pequeño globo terrestre.
Si las predicciones teóricas estaban basadas en modelos matemáticos, con esto repetidamente demostrado en experimentos, y el universo se comporta según las teorías, entonces nos permitimos creer que el sentido común es ciertamente una perspectiva especial, limitada de un universo mucho más grandioso. El cuadro pintado por las pinceladas de la relatividad y la mecánica cuántica, está tan distante de nuestro poco común sentido, que aumentan geométricamente los problemas de interpretación. Es claro que las implicaciones de la mecánica cuántica desconciertan incluso a los mismos científicos, pudiendo llegar, como he expresado, al temor. Es creencia actual entre estos, que la realidad de la mecánica cuántica y la fiabilidad requiere revisiones radicales de una o más suposiciones de sentidos comunes: realidad, tacto, causalidad o continuidad. Y esta tarea es mayor, ya que, para permitirla debemos liberarnos de nuestros sentidos, en los cuales confiamos desde que somos, como válido y poco objetable.
Lo precedente llevémoslo al plano del ciudadano vulgar, y, ya que esto respecta a la física cuántica, me permitiré un salto cuántico, para reflejar la dimensión del cambio de paradigma, pudiendo establecer un cruce entre la magnitud del cambio de pensamiento necesario (valor cualitativo) y el tiempo transcurrido para que este se desarrollara (valor cuantitativo).
Pensemos que, como expresión material de mi voluntad, lograremos exponer a un ciudadano cualquiera contemporáneo y convencido a fuego de lo expresado por Newton, a este mal llamado agujero perteneciente a una liebre. Desde un espacio infinito, geométrico y matemático, definido por leyes y reglas previsibles, a una realidad más parecida a un ensimismarse en el propio pensamiento, rayando en la locura de modificar el comportamiento de mi entorno, por el sólo impulso de mi pensamiento o deseo. Cabe hacer la mención que el coterráneo de Sir Isaac, supo recién hace 200 años que la tierra era en realidad más un tomate que un tablero de ajedrez. Si existiese algo así como la posibilidad de saltarse de paradigma y pasar del horror vacui de un físico antiguo promedio, a darse cuenta que el ingrediente principal de todo lo constituyente es justamente el vacío.
Como ejemplo final, esta teoría es excluyente respecto de las creencias dogmáticas de la religión católica, como se hizo referencia, el aceptar esta nueva perspectiva precisa el abatimiento de la imagen mitificada de Dios. Aquel ser omnisciente que impone y determina el devenir no puede coexistir con la modificación de mi entorno hasta en su más íntima característica sólo por intermedio de mi voluntad, y que en realidad somos forjadores de cuanto acontezca, no estando determinados o predestinados a nada en particular. Por esto, la imagen de Dios como ente externo, se traspasaría a nuestro interior, y viviría en nosotros, con el consiguiente derrumbe de la institución propiamente dicha. Si el “Código Da Vinci” generó tal revuelo en la iglesia, no se explica como esta cinta no generó, al menos, una nueva encíclica.
La mayor parte de nuestros congéneres no dedica gran parte de su tiempo en ocuparse de la mecánica cuántica en absoluto, cosa que ayuda a la no ocurrencia del pánico colectivo. De llegar a hacerlo asumimos que no presenta relevancia para nuestros intereses particulares (evocar nuevamente el concepto de colapso en la realidad puntual). De más está decir que esto tiene sentido, incluso en la mayoría de las ocasiones, perfectamente bien para propósitos prácticos.
Ahora si tratamos de emprender la misión de entender la naturaleza de la realidad, lo que hace la mecánica cuántica es describir los bloques constitutivos fundamentales la naturaleza, y porque no, el mundo clásico está compuesto de estos bloques también, ya sea los observemos o no. Bajo esta mirada entonces, para entender la naturaleza, deberíamos entender sus partes constituyente, y para esto último sería necesario, entender al menos, la base de la teoría de la mecánica cuántica.
Existe una fuerte demostración de que podríamos ganar información sin el uso de los sentidos comunes, desatados por las restricciones usuales del espacio tiempo. La controversia radica en que la prueba de estos efectos es imposibles bajo las reglas de los físicos clásicos, por lo mismo la reticencia a la aceptación, por no arrojar rechazo a la palestra, que genera esta teoría, muchas veces mal interpretada y llevada al plano del misticismo, donde se nos abren todas las respuestas posibles del universo y el ser humano se transforma en un ente pleno en comunión casi impoluta con la vastedad de la inmensidad. Este tipo de quimera es mejor apartarla del campo visual, ya que la panacea y simbiosis absoluta no se esconde en este paradigma. Esto ha sido fundamentado en una confusión de las imágenes de la religión con declaraciones científicas, el resultado de esto, carece de sentido en lo absoluto. Lo que si lo tendría, sería buscar una conciliación entre la ciencia y la espiritualidad, pero nuevamente creo estar esperando más de lo que esta época de raza permitiría, debido a su ilimitada incapacidad.
Es cierto que, independiente de nuestra apreciación final de estos complejos problemas, el universo en que vivimos adquiere un carácter plural y complejo. Algunas estructuras desaparecen, pero otras como en la biología aparecen, y revistiendo mayor claridad aún en los fenómenos sociales. Por lo leído, algunos fenómenos están adecuadamente descritos por ecuaciones deterministas, como en el movimiento planetario, pero otros, como la evolución biológica, implican procesos regidos y definidos por el azar. Incluso un científico convencido de la validez de las descripciones deterministas dudaría en inferir que, desde el momento primigenio del Big Bang cósmico, estaba escrito en las leyes de la naturaleza, que estaría sentado escribiendo esta ensortijada sarta de desvaríos varios.
En estos días se ve a por doquier el papel de los procesos que implican el azar. Por otra parte los modelos de la física clásica parecen corresponder únicamente a situaciones límite que se puedan crear artificialmente, como por ejemplo vaciar un líquido en un recipiente y esperar seguro que alcance el equilibrio.
Si lo artificial es determinista, y lo natural contiene elementos esenciales del azar, y a la vez puede ser fuertemente influido por el espectador, esto claramente llama a una nueva visión de la materia en la que ésta ya no sea pasiva como la descrita en el mundo del concepto mecánico. Ahora, si este cambio es tan profundo, y realmente se establece como un nuevo diálogo entre hombre y naturaleza, es donde vuelve a la carga el asunto de la no preparación de la sociedad donde esto se debería implantar. Y por lo mismo, no estar preparado para poder enfrentar esto, hace que transmitir el mensaje sea complejo.
Finalmente, el gran aporte de esta cinta es intentar masificar el mensaje, transmitir un cambio en la concepción más íntima de lo que por naturaleza conocemos. Lamentablemente, en este intento se queda como un gran panfleto publicitario algo mal influido por la concepción del marketing norteamericano.


BIBLIOGRAFÍA

· The Philosophy of Quantum Mechanics, The Interpretations o Quantum Mechanics in Historical Perspectives. Max Jammer. John Wiley & Sons. 1974.
· El fin de las certidumbres. Entrevista con Ilya Prigogine. http://www.geocities.com/SoHo/Lofts/1034/prigogin.htm
· La Teoría del Colapso: Base para un nuevo paradigma. Francisco Mañez. Introducción al libro: Cuando la Razón Duerme, Estructuración de la Naturaleza y la Psique.
· Quantum Reality: Beyond the New Physics. Nick Herbert. Anchor Books. 1987.
· El Desarrollo del Conocimiento Científico, Conjeturas y Refutaciones. Karl R. Popper. Apuntes asignatura Filosofía de las Ciencias.
· http://www.mtnmath.com/
· http://www.particleadventure.org/
· http://www.integralscience.org/
[1] Sin encontrar mayores y mejores palabras opto por la reiteración.
[2] The Philosophy of quantum mechanics. The interpretations of quantum mechanics in historical perspective. Max Jammer. Canadá 1974. (pp. 102)
[3] El desarrollo del conocimiento científico. Karl Popper (pp. 57-58)
[4] The Philosophy of quantum mechanics. The interpretations of quantum mechanics in historical perspective. Max Jammer. Canadá 1974. (pp. 448)
[5] The Philosophy of quantum mechanics. The interpretations of quantum mechanics in historical perspective. Max Jammer. Canadá 1974. (pp. 452)

lunes, 19 de noviembre de 2007

Solicitaciones cotidianas en la arquitectura, firma de proyectos, un cisma en el comportamiento ético.

Martes, 15:23, la secretaria me avisa la llegada de Cristóbal, un alumno de los buenos, 4° año, ramos al día, concienzudo y trabajador. 15:32, lo veo de espalda, se aleja apesadumbrado, no había conseguido lo que buscaba, pero a mi, me deja pensando, “necesitaba una firma”, un amigo de su padre le había pedido una ampliación, y como era de esperarse, sólo le faltaba, como ya se dijo, la firma de un arquitecto. Lamentablemente no es primera vez que me lo piden, y podría apostar que no será la última. Este tipo de solicitudes es innecesariamente común en la praxis de la arquitectura, tanto en su inicio, como el buen alumno Cristóbal, como entre otros vetustos próceres de la profesión, marcada por lo municipal, que podríamos abordar en otro capítulo.
Hacerse cargo de un proyecto de terceros es una falta a la ética, clara, antigua e inapelable. Incluida en el código de ética del Colegio de Arquitectos A.G., “Firmar planos o documentos o patrocinarlos sin que hayan sido ejecutados o visados por quien los firma o patrocina.”[1]. Como vemos, esto es parte de las normas que rigen nuestra labor, desde hace ya demasiados años, no obstante, esto no es más que letra muerta, ya se mencionó, ésta, es una práctica cotidiana.
Muchos podrían preguntarse, bueno, y ¿Dónde está todo el problema?, si es asunto de revisar acuciosamente todo lo presentado, asegurarse que todo está dentro de los márgenes de la ley imperante. Como primera respuesta, aparece la Ley de Calidad de la Construcción, recientemente modificada y aprobada en el Congreso, donde se exige la responsabilidad legal por 10 años luego de terminadas las obras donde la responsabilidad del arquitecto patrocinante está por sobre la de inmobiliarias, constructores, y contratistas, en este marco, nuestro quehacer, se verá marcado por una mayor responsabilidad, haciendo necesario incluso tomar salvaguardas, seguros como ocurre diariamente en otros países. Si tomamos lo anterior como base, es claro que en estas circunstancias la posibilidad de visar, revisar, comprender y controlar un proyecto de terceros, tiende dramáticamente a cero, plazos costos y demases impiden esta meticulosa revisión, sin la cual cumplir la ley, sería una apuesta en tribunales.
Dos aristas iniciales de análisis, nuestras posturas, polarmente opuestas, así como nuestras esperadas participaciones frente a la “propuesta indecente”.
Él, buscando, espero, una ayuda para su incipiente desarrollo profesional, presionado y mal aconsejado, por este conocido que trata de reducir sus costes. En este punto se trastoca otro punto del mentado código de ética, “Fijar retribuciones inferiores a la importancia y responsabilidad de los servicios que puedan prestarle otros arquitectos colaboradores a sus órdenes, aprovechando de la condición de contratante o de la necesidad laboral de los colaboradores.”[2], porque claro, conseguir que un alumno genere el proyecto y este se “consiga la firma”, es mucho más económico que contratar directamente a un arquitecto en ejercicio.
Y yo, siendo requerido para hacerme cargo de un proyecto del que es imposible saber la realidad, menos podría arreglar o solucionar si llegase a ser necesario, pero que tendría que patrocinar hasta por 10 años más. Donde mi calidad de docente me obliga a, de alguna manera, traspasar conocimiento al respecto, e intentar corregir una conducta moral, por iluso que parezca.
¿Dónde radica el cuestionamiento ético de la decisión?, ¿En qué coordenadas se funda esta escisión en las posiciones frente a la labor profesional o pre profesional?, ¿Qué hace, que escuchar este tipo de propuestas, sea tan cotidiano por estos días?, ¿Cómo cambiar la postura moral del educando? Creo estar completamente seguro que este tipo de solicitaciones no llegan a oídos de doctores en medicina, antropólogos o siquiatras por nombrar algunos. Queda planteada así, la base de esta dicotomía ética, la que intentaré fundamentar sobre la base de “Los seis estadios del juicio moral” planteados por Lawrence Kohlberg desde los estudios de John Dewey y Jean Piaget. Y brevemente desde lo expresado por el imperativo categórico de Kant y el modelo de máximos de Aristóteles.
Iniciaré el análisis desde estas últimas dos perspectivas, y de modo sucinto para plantear una extraña incongruencia. Según el imperativo, “Una acción personal es moralmente recta si y sólo si al ejecutarla no utiliza a los demás, meramente como medios para promover sus propios intereses…”. Es de Perogrullo que en esta situación, mi calidad de profesional estaría siendo usada para el beneficio personal del, ahora puesto en tela de juicio, Cristóbal. Es tal lo insulso de la situación, que estaría siendo usado para avalar una acción amoral, que incluso podría traer consecuencias judiciales graves hacia mi persona, por un incipiente anteproyecto de arquitecto que supone, mi inocencia es ilimitada. Y una breve mal interpretación creo, puede que por su inmadurez confunde la busca de felicidad aristotélica, mezcla y justifica sus medios mediante su fin, pensando en la alegría que le produciría proyectar siendo estudiante, por lo tanto, mi pretendida falta ética lo acercaría a su felicidad, y este mismo concepto inversamente aplicado, esta misma firma me alejaría de la mía.
La incongruencia esgrimida radica en que al ser utilizado para los intereses, tanto del educando, como de su “mandante”, yo estaría en pleno conocimiento del hecho, incluso lo estaría justificando y permitiendo plenamente conciente, por lo mismo, mi actuar no sólo estaría reñido con la ética, sino, que rozaría la estupidez.
Al ser utilizado de esta manera, logaría en una sola apuesta, generar dos males asociados, por un lado, ante los ojos de este supuesto mandante, la labor de un profesional de la arquitectura no sería necesaria, toda vez que, con sólo encontrar un estudiante de años avanzados, y tan sólo la rubrica de un profesional estaría logrado su objetivo inicial. Por otro lado, estaría desvalorando la labor general de los arquitectos, puesto que, al minuto de las comparaciones, este mismo mandante recomendaría esta opción, más económica, por sobre una labor bien realizada, con esto, futuros arquitectos, incluso el mismo Cristóbal, se verán en más de un problema al tratar de establecer sus honorarios profesionales.
En este punto la labor docente toma posesión, es menester hacer ver, que esto finalmente lo que hará es perjudicarlo, como vimos, esto desperfila la propia fajina que busca realizar profesionalmente. Para dejarle en claro al educando su falta, la lección es tripartita. Primero la Ley General de Urbanismo y Construcción, como marco mayor, luego el Código de Ética del Colegio, como ente de pertenencia, para finalmente aborda su situación final a futuro y el desprestigio asociado.
La segunda arista en cuestión, tiene que ver con los estadios en que mi alumno y yo nos encontramos. Claramente recorremos etapas diferentes, en lo que a la evolución de nuestra conciencia moral se refiere.
Iniciemos con el vapuleado Cristóbal, su tren de pensamiento lo lleva a suponer que satisfacer su necesidad es imperativo, por esto su decisión moral respecto de lo planteado, caería dentro del estadio 2 del nivel preconvencional, “La acción justa dice relación a aquella que instrumentalmente satisface las necesidades de uno y a veces la de otros.”[3]. En este caso, la conciencia moral del referido, no le permite entender los ribetes amorales de lo que pide hacer, para él, el objetivo único, es satisfacer su necesidad de llevar a cabo la labor encargada por este conocido. Debido a este mismo estadio, es que no logra entender mi lealtad hacia los preceptos establecidos por la orden de los profesionales de la arquitectura. Desde su juicio, “yo te rasco si tu me rascas”, se aplica justificado por lo económico. Parte del planteamiento se basa en que “yo no tengo que hacer nada, sólo mover la pluma y estampar mi mosca” en sus láminas de proyecto. Si alguien logra explicar como se educa prestándose para esto, por favor, publíquelo. Al no existir por su parte, una conciencia real de valores normativos grupales, le es imposible entender mi postura, desde su fuero, mi decisión es inexplicable, toda vez que, aún le falta recorrer, pasar al siguiente estadio, para recién siquiera preguntárselo, recién ahí podrá evaluar su conciencia moral.
Veamos ahora la contraparte, mi postura y sus fundamentos, debido a mi sentido de pertenencia con el mentado colegio, estando activo y siendo participante, hago carne sus lineamientos, y si bien puede haber más de una premisa que me parece incorrecta, debido a lo anterior no me queda más que plegarme, toda vez que existe, para verbalizarlo, “un bien superior”. En esto, podría suponer que mi decisión se basa en el estadio 3 del nivel convencional, “Respetar las expectativas de la familia del grupo o de la nación es un valor en sí mismo, sin tomar en cuenta las consecuencias inmediatas y evidentes.”[4] , tan arraigado está esto último en mi conciencia moral, que ni siquiera fue necesario tomar la decisión, ésta, ha estado tomada desde hace ya un tiempo largo, y por más que escuche argumentos diferentes, poco o nada podrán hacer por cambiar esta convicción. Se podría decir además, que me incluyo en esta postura debido a que mi actuar debe estar de acuerdo con la orden adscrita, debido a que mi vinculación con esta fue libre y meditada, ahondando en esto, mi actuar, habla de mi identificación con las normativas grupales impuestas, que, como ya se dijo, fueron aceptadas el preciso minuto en que llevé a cabo mi enrolamiento, en breve, intento actuar de acuerdo al grupo. Un pequeño paréntesis de similitud entre nuestras posturas, tal vez, él también actúa según lo que le dicta su grupo, su sentido de pertenencia lo insita a tomar propuestas como la descrita, claro que no por esto, su decisión se fundamenta en el 3er estadio, me parece sólo una estirada consecuencia, cierre de paréntesis.
Finalmente, mi necesidad de acuerdo con el grupo al que pertenezco, al menos en lo que a la labor profesional respecta, implica la adopción y seguimiento de las normas establecidas, no como una imposición, sino más bien, una concomitancia con valores y regulaciones que, desde mi perspectiva, son necesarios para el correcto desenvolvimiento en la labor que realizo. Lo que debería intentar es que este y los demás alumno entiendan que su actuar debe estar de acuerdo con las normas del colegio, estas, al final, lo que buscan es que nuestro quehacer sea regulado y de este modo pueda realizarse de la mejor manera posible, labor que aún parece una quimera, dada lo reiterada de esta propuesta, pareciera que somos pocos los que así operamos.
Para concluir, creo que es claro que nuestras irreconciliables posturas se basan en nuestra relación con la labor que realizamos. Por una parte, él, cándido, busca incursionar en el mundo profesional que le parece tan lejano, y para esto busca la firma, cuando lo que debiese perseguir es, que frente a una oferta como esta, él buscara desde el inicio a un profesional para que lo guíe de buena manera por la tarea a realizar, a esto yo habría accedido gustoso, incluso, por un afán académico, instruir mediante el trabajo es una posibilidad de crecimiento única. Por otra, la fudamentación de mi actuar, se cimienta en mi pertenencia al grupo, sus normas que para mi se aplican sin excepciones son absolutamente necesarias para, como ya se dijo, el correcto desempeño del ejercicio.
En otro cierre al asunto, un meta aprendizaje, la posibilidad de circunscribir conductas en los diferentes estadios, permite primero, establecer marcos objetivos de comparación, luego generar juicios menos viscerales, y así, utilizar esto como basamento para permitir el traspaso de la lección. Estadios que permiten tipificaciones sobre parámetros cuantificables, amplios pero profundos, que facilitan la empatía, “no es su culpa, está en proceso de evolucionar, sólo le faltan peldaños por trasponer”, de aquí que la reacción frente a esto pueda ser la instrucción.
Sólo queda intentar irradiar a todo mundo posible los problemas que conlleva este tipo de actuares, que por obtener un trabajo antes de tiempo se está minando la posibilidad de un correcto desempeño posterior, y que, si arquitectos somos, a nuestra orden nos debemos.




[1] Incluida específicamente en la carta de ética profesional de los arquitectos. Título 2 – letra a)
[2] Carta de Ética Profesional de los Arquitectos. Título 6 – letra e)
[3] Los seis estadios del juicio moral,
[4] Los seis estadios del juicio moral,

jueves, 8 de noviembre de 2007

XXXXXXXXXXXX

Desde que el hombre, como especie, comienza a razonar, y se transforma en un ser consiente de si y su entorno, aparece también su necesidad de expresarle a otros, lo que por su atribulada testa serpentea. Este afán, la comunicación o legado, es una particularidad nuestra, que, a diferencia del resto animales, tratamos que esta sea masiva y perdurable. Desde lo rupestre cavernario, que cada vez que se crea o descubre un nuevo medio de expresión, a corto andar este evoluciona, se perfecciona o profesionaliza, no necesariamente por necesidad, sino por otra particularidad nuestra que es la de tender a la diferenciación, en fin. Desde lo necesario, que ya cubre las expectativas y cumple su fin, hasta pasar por apogeos extraordinarios, plenos de complejidad y detalle, como lo demuestran muchos grandes, desde las cuevas a Da Vinci o Matta, o de Imotev a Gaudí. Todos persiguen un fin común, que su idea se transmita lo más fiel y potente que se pueda de una manera única y reconocible. Desde como mostrarle a 50.000 obreros en pleno desierto cual era el volumen del monumento, hasta idear catenarias colgantes, invertidas y reflejadas, para convencer a los escépticos del 1900.
Extrapolado esto a temas actuales, bastante más mundanos o terrenales si se quiere, pero no menos necesarios, aparecen nuestras amigas/aliadas/odiadas máquinas, dándole a nuestra profesión un nuevo medio de representación de ideas, nuevo en el concierto amplio de la profesión, puesto que desde su llegada ya hemos recorrido un buen trecho, acentuado por la capacidad geométrico progresiva de los computadores de siempre ayudarse a si mismos en su evolución, cada procesador permite que la próxima generación sea mejor, más rápida y en lo posible físicamente más pequeña. Me refiero a los motores de render, uno de los sub-productos de los software Cad.
Se dominaban los planos a tinta, luego de años de perfeccionamiento de las herramientas y la técnica, llegan los PC, Cad y la planimetría se hace exacta a la fracción centésima del milímetro, en un décimo del tiempo. Aparecen los modelos tridimensionales (maquetas electrónicas), en un comienzo constituidos por planos que no contenían nada, una mera representación, y estos con sólo colores para diferenciarlos impactaban a cualquiera, dejando con la boca abierta a cuanto espectador iluminara los ojos, hasta hoy en que luego de Nemo y Matrix ya todo el mundo ha perdido la capacidad de asombro, y si lo propuesto no luce tal como la realidad, el juicio es la condena. Particularmente en el último tiempo donde, siendo testigos de la campaña publicitaria de la Costanera Norte, vemos como a lo largo de un recorrido por Santiago se va construyendo esta supuesta maravilla del urbanismo moderno.
Ahora se está dando el nuevo paso, diferenciarse, la “realidad” ya muchos la dominan, cumple su fin y muestra a cabalidad un proyecto, ahora toca la búsqueda de la identidad en el medio de expresión, ya la “realidad” no impacta ni vende como en su amanecer. Aparte de esto, está el quedar a medio camino, modelos que teniendo ladrillos en sus renders se aprecian plásticos, casi caricaturescos.

URBANISMO MICRONIANO


Continuemos con la comprensión de la masa encefálica, imaginemos. Caminan por una vía, por esta, el flujo es expedito, casi instantáneo, origen destino sin demora ni molestia, libre de desorden. Luego del impacto inicial, abrir el campo visual, para percatarse que esta vía yace parte de un sistema de paralelas que parecen casi brillar. Este sistema de vinculación transporta sobre el primer estrato entre volúmenes alineados, proporcionados entre si, permitiendo una lectura total de la extensión a interconectar. Es ver el paraíso del intendente de Santiago.

viernes, 26 de octubre de 2007

Llay-Llay una breve________________previsualizada

Mostrar proyectos a cabalidad es imprescindible eso si, a no perder el foco que es tan sólo un medio, útil, pero medio.

jueves, 25 de octubre de 2007

miércoles, 24 de octubre de 2007

Otra más breve.

Continuando algunos links a publicaciones, 2 articulos, y un concurso.

http://www.arquitectura.usach.cl/index.php?id=14

UNA BREVE






Vivienda en Llay-Llay.


Sistema constructivo, bloque de hormigón celular armado, reforzado con perfilería metálica. Segundo piso liviano, loseta liviana sobre estructura de acero.


Una de las gracias, espero que tenga más de una, es que los costos de obra no se elevan demasiado, lograndose un comportamiento físico por sobre lo requerido en la reglamentación térmica.


El juego de volúmenes busca alivianar la obra, además establecer la diferencia entre priemr piso público y segundo piso privado.


Interiormente, se entrega una doble altura, que a futuro y dependiendo del crecimiento familiar puede generar un tercer dormitorio de manera muy sencilla.